jueves, 28 de abril de 2016

LAS BEBIDAS ENERGETICAS Y EL ALCOHOL


Es habitual la mezcla de bebidas alcohólicas con bebidas energéticas, ¿pero esta mezcla es mala para la salud? ¿cuáles son sus riesgos y sus consecuencias?
Es común que, cuando salimos de fiesta, muchas personas opten por consumir bebidas alcohólicas. Pero también es cierto que, en los últimos años, se ha puesto de moda mezclar alcohol con bebidas energéticas, ya que su efecto es bastante más diferente que mezclar el alcohol con cualquier otro refresco. Se trata de una práctica muy extendida por parte de muchos jóvenes cada fin de semana, dado que se convierte en una buena opción para estimular a nuestro organismo y así aguantar más horas.
Pero al igual que nos podemos encontrar con determinados riesgos de las bebidas energéticas, estos riesgos aumentan cuando nos encontramos ante una mezcla de este tipo.
¿Mezclar las bebidas energéticas con alcohol es malo?
Evidentemente nos encontramos ante una respuesta positiva. Y no solo es malo, sino que incluso puede suponer un riesgo grave para la salud de la persona que mezcla ambas bebidas.
Debemos tener presente que las bebidas energéticas estimulan nuestro organismo excitándolo y manteniéndolo activo, actuando sobre el corazón estimulándolo.
Las bebidas alcohólicas ayudan también a mantener cierto estado de euforia, pero con la diferencia que cuando hemos consumido demasiado, nuestro organismo tiende a producir un efecto depresivo como síntoma de alerta para avisarnos que no debemos seguir tomando más.
Sin embargo, si tenemos en cuenta que tanto la cafeína como el resto de los estimulantes encubren este efecto, lo habitual es consumir más cantidad de alcohol, y a su vez más bebidas energizantes.
Riesgos de mezclar alcohol con bebidas energéticas
Al ingerir mayores cantidades de alcohol, aumenta el riesgo de padecer problemas derivados de este consumo excesivo, como: enfermedades hepáticas, cirrosis e hígado graso, entre otros.
La aceleración del ritmo cardíaco puede derivar en trastornos cardiovasculares y arritmias.
Dado que el alcohol relaja el corazón y las bebidas energizantes lo estimulan, se puede producir un colapso.
¿Y todo esto con que finalidad?
Los adolescentes buscan divertirse, tener un "subidón inmediato", gratificaciones potentes y espontáneas. Además con algunas de estas prácticas, según los adolescentes evitan el "aliento alcohólico", "que te pillen tus padres o en un control de alcoholemia".
Solamente me gustaría hacer una pequeña reflexión al respecto. El primer consumo de alcohol en adolescentes españoles se sitúa como media alrededor de los 13 años, edad en las que los padres son responsables de sus hijos. Estos "mitos" se producen por una falta de información, por lo que caigo en la cuenta de que los programas de prevención que se realizan en los centros escolares, deberían ocupar más horas para evitar los problemas que este tipo de consumo pueda producirles a corto, a medio plazo.


                                


  



No hay comentarios:

Publicar un comentario