En estos tiempos que corren los seres humanos nos hemos vuelto demasiado intolerantes e irrespetuosos, nos pasamos las normas por el puente de la entrepierna y la solidaridad nos creemos que es una marca de motos, nos da igual lo que le pase a nuestros vecinos, habitantes también de este planeta, si vemos a alguien tirado en la calle o golpeando a una mujer nos la pela, ya poco nos importa el amor, el respeto; Ahora solo se ven guerras, conflictos y un permanente estado de tensión, estrés, ya no se puede salir a la calle en calma, demasiada prisa y mucho ruido, todo es un caos comercial, publicidad por aquí, de la telebasura y la cantidad de vividores que son parásitos sin ningún estudio ni preparación que se las llevan caliente ni hablemos, inseguridad por allá, paro y desahucio por aquí, política choricera por allá, etc, etc... Ya quedan muy pocos espacios para compartir, divertirse y entretenerse sanamente, nosotros mismos hemos provocado este mundo toxico por la mediocridad existente entre los componentes de esta sociedad, y nos hemos convertido en unos victimistas que nos quejamos de casi todo y sin embargo si no nos roban el sofá no se menea del sitio ni dios y algo insólito en la historia del mundo mundial, un gobierno de ladrones que cuanto más roban más escaños sacan “increíble”. Y si hablamos de la juventud ¿Qué estamos haciendo mal? En casa, la manía que tenemos de sobreproteger a los hijos les hacemos creer que son el centro del universo, que pueden hacer todo lo que quieran sin que tenga ninguna consecuencia, y, sobre todo, les estamos transmitiendo un mundo irreal, porque no les enseñamos a manejar la frustración y a valerse por sí mismos. El resultado son chavales muy inseguros, con mucho miedo, que utilizan la violencia para conseguir las cosas, esa sobreprotección conlleva a muchachos/as que cada vez necesitan más cosas nuevas y en muchos casos van directos a toda clase de drogas ilegales y al alcohol metiéndose en muchos problemas ellos y los padres y no es eso lo peor estamos creando unos delicuentes en potencia, que de nada provechoso servirán a esta sociedad que llegara el día que los repudie por ser personas irrecuperables. Hemos perdido en muchos casos la dignidad y hemos de recuperarla para saber quiénes somos, que parece que nos hemos olvidado que hemos venido a hacer a esta vida, en vez de venir a vivirla, parece que hemos venido algunos a sufrirla, masocas que somos. Empecemos por tener una responsabilidad cumpliendo con los compromisos que has adquirido que no es hacer lo que quieres, sino querer hacer lo que debes. La dignidad es no hacerte trampas a ti mismo, ni a los demás. Es tener ideas claras sobre lo que está bien y lo que no lo está, y hacer lo que tienes que hacer, y siempre el respeto sobre los demás, sean lo que sean, blancos, negros, gays, altos, bajos, gordos, flacos, católicos, musulmanes etc... No vale saltarse ninguna regla, o pierdes la fuerza y el temple de quien es dueño de sí mismo, así crearemos conciencia y reflexionaremos, haciendo de la solución a nuestras diferencias un punto de inflexión, porque todos los argumentos y capacidades para darle la vuelta a todo esto está dentro de cada uno de nosotros...
Este blog tiene como unica finalidad, dar entrada a toda clase de comentarios, preguntas y opiniones sobre la enfermedad de la Dependencia Alcoholica,y las otras drogas.
jueves, 6 de octubre de 2016
lunes, 3 de octubre de 2016
LA AUTOESTIMA
Autoestima es la valoración positiva o
negativa que una persona hace de sí misma en función de los
pensamientos, sentimientos y experiencias de un modo general, al valor que una persona se da a sí misma. Durante la
adolescencia era habitual encontrar problemas de autoestima que es la forma
fina actual de quererse y respetarse. Es un periodo de crecimiento y desarrollo
personal en el que el grupo de iguales, la familia y los medios de comunicación
ejercen una fuerte influencia en la valoración propia, no se trata únicamente
del valor que se le da al aspecto físico, sino también a la propias capacidades
y habilidades deportivas, intelectuales, sociales etc...Las expectativas de los
otros, las comparaciones y los referentes personales pueden ejercer una fuerte
presión y generar inseguridades en el adolescente en esta época de cambios. La
anorexia y la bulimia, por ejemplo, están relacionadas con la imagen y al valor
que una persona se da, en muchas ocasiones para tratar de agradar a los demás o
encajar en el grupo de amigos necesita recibir un refuerzo para aumentar su
autoestima al sentirse inseguro, insatisfecho o muy sensible a las críticas,
esa actitud negativa en muchos casos le da pie a comenzar experimentando con el
alcohol, el tabaco, los porros y otras clases de drogas duras o sintéticas
etc. La adolescencia es el tiempo de probar cosas nuevas. Los adolescentes
usan el alcohol y las otras drogas por varias razones, incluyendo la
curiosidad, para sentirse bien, para reducir el estrés, para sentirse personas
adultas o para pertenecer a un grupo. Es difícil el poder determinar cuáles de
los adolescentes van a experimentar y parar ahí, y cuáles van a desarrollar
problemas serios. El uso de las drogas
y el alcohol los jóvenes está asociado con una variedad de consecuencias
negativas, que incluyen el aumento en el riesgo del uso serio de drogas duras
más tarde en la vida, el fracaso escolar, el mal juicio que puede exponer a los
adolescentes al riesgo de accidentes, violencia, relaciones sexuales y el
suicidio. Las drogas y el alcohol son
sustancias cuyo consumo puede producir dependencia, estimulación, depresión del
sistema nervioso central, o bien influir en el comportamiento o el ánimo, sobre todo en edades comprendidas
entre los 13 y los 20 años, en las que se inician con estas sustancias, La cuestión
primordial y el gran problema es que para pasar de “controlar” a estar
“enganchado”, hay sólo un paso, una débil línea que no sabemos cuándo la vamos
a cruzar. A ello hay que añadir que los adolescentes tienen la errónea
percepción de que es tan peligroso consumir un paquete de tabaco diario como
consumir alcohol, cocaína o heroína esporádicamente. Así que hemos de poner en
marcha una estrategia para ayudar a conocer mejor las consecuencias del consumo
de tabaco, alcohol y otras drogas, pondremos como la más significativa la prevención en un lugar prioritario
ayudado de una buena educación y sustentarla en una información objetiva,
veraz y rigurosa sobre este complejo fenómeno. La información es un recurso
necesario para tomar decisiones inteligentes, informadas, autónomas, ante
cualquier desafío (las drogas, en este caso). Los riesgos reales proceden de la
ignorancia. No hay elección libre sin un saber adecuado. Una sociedad más
culta, más informada y mejor formada sobre las drogas, será más capaz de
convivir en un mundo en el que éstas existen, reduciendo el riesgo de
establecer con ellas relaciones conflictivas.
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