Las agresiones sexuales no
se iniciaron el año pasado en las fiestas de San Fermín ni en ninguna otra
fiesta existente en España, pero sí se marcó un precedente, por la gravedad de
lo ocurrido, cuando cinco agresores de una mujer joven hicieron la salvajada
por la que ahora están entre rejas. Violaciones han ocurrido desde siempre en
Pamplona y en otras fiestas mayores de pueblos y capitales, lo distinto de
ahora, es que ha desaparecido la vergüenza de las mujeres agredidas, que ahora
denuncian, y se ha acabado el repudio familiar que hace años conducía a la
ocultación, la mejor protección frente a estas agresiones es
precisamente el rechazo social, que no se tolere ni la más mínima expresión de
ese machismo agresivo que conduce a la violación, tocamientos o abusos
encubiertos por la gran masa de gente y las tremendas ingestas de bebidas
alcohólicas.
Como experto en el tema,
diré sobre la problemática del alcohol en las agresiones sexuales o violencia
de género, que un hombre con una notable cantidad de alcohol en el cuerpo, su
cerebro no siempre es capaz de aceptar un sí, seguido de un no dubitativo
pronunciado por una mujer que también va sobrada de alcohol, en esas
circunstancias, es fácil que pierda el freno y le venza el deseo y viole. El
alcohol ayuda a no respetar la negativa dada por la mujer en el momento, pero
el alcohol no produce hombres violadores. Me voy a poner yo de ejemplo, por más
que yo consumía alcohol seguía siendo un pacífico necesitado de sexo pero jamás
pase de cuatro risas y bromas con mis acompañantes o en algunos casos
desconocidas chicas que coincidían en fiestas donde yo iba, por eso quiero
dejar bien claro que un hombre bebido, nunca hará algo que no coincida con su
pensamiento y conciencia en estado sobrio, la bebida alcohólica desinhibe o
como digo yo en lenguaje coloquial “quita la tajadera” y tal vez puedan tener
la impresión equivocada de que la otra persona accede, pero jamás nos llevara
más allá.
El agresor sexual abusa de
la libertad de otras personas, siente que los demás son cosas que sirven para
satisfacer sus necesidades. Los cosifican, usan su posición de fuerza física y
obtienen placer abusando de la libertad de otros sin percatarse del daño físico
o moral que se le hace a la agredida. En los Sanfermines concurren tres
tipos de eventuales agresores, el que está deseando que llegue las fiestas como
quien aguarda que se abra la temporada de caza; el que viola durante el resto
del año y también en Sanfermines y el joven que se inicia y, por primera vez en
su vida, cruzará la línea roja que jamás debería cruzar.