sábado, 9 de marzo de 2019

¿ PORQUE BEBE LA GENTE?


Las personas beben alcohol por todo tipo de razones, pero, la mayoría de nosotros lo hacemos porque nos sentimos ”fantásticos”.
Piénsalo un poco, bebemos cuando celebramos, bebemos cuando nos compadecemos de nosotros mismos, cuando estamos felices, cuando estamos tristes, cuando estamos con trabajo, cuando estamos en paro, bebemos para alternar con nuestros amigos al igual que si no los tenemos, bebemos porque gano mi equipo porque perdió etc.…etc.
Un brindis porque cambiamos de año, de semana o de día, podemos disfrutar con una agradable comida, con una maravillosa compañía, alguien con quien tenemos una cita romántica e incluso con un extraño, se bebe a pesar de las prohibiciones en el trabajo.
 Seremos justos diciendo que el alcohol está en todas partes y que la mayoría adora el beber. El alcohol relaja, alegra, nos facilita hacer cosas e incluso hace que parezca todo mejor.
Una cerveza helada despues de la jornada de trabajo es un verdadero placer, así como una o dos copitas de vino en una buena cena con la familia o amigos, consideramos como tener éxito en la vida.
Las amistades se forman a través de la bebida, al igual que la mayoría de las parejas que conocemos dieron sus primeros pasos y torpezas a través de la influencia del alcohol.
Hay algunos estudios de que te dicen que viviremos más si tomamos con moderación un vasito de vino, o si nos tomamos un poquito de whisky porque es bueno para el corazón al ser un vasodilatador, y que los abstemios viven menos y se quedan más solteros.
En fin, todo un recital de burradas y barbaridades, claro que yo no quiero ni debo demonizar a la persona que desee consumir bebidas alcohólicas, ya que está en su derecho, además en esta sociedad actual tienes más problemas si rechazas un trago que si lo haces con un cigarrillo.
Así que debo poner en su sitio al alcohol y no a los que lo beben, ¿Por qué?, pues porque el alcohol es una droga, un toxico que mata, es el asesino más hábil que hay, primero te “alegra”, despues te “engancha” y te destruye como persona y por último te mata físicamente, de hecho no hay nada más que mirar las estadísticas de muertes directas o indirectas producidas por el consumo de alcohol, entre accidentes de tráfico, accidentes de trabajo, enfermedades, suicidios, asesinatos etc.…yo no bebo alcohol desde hace más de 20 años y juro por la pata de mi burro que me va de maravilla, jamás disfrute del alcohol, ni en fiestas, ni en celebraciones, ni en ningún sitio donde hubiera alcohol de por medio, solo fue todo sufrimiento y dolor para mí y para mi familia, silencios, aislamiento, incomunicación, dolor y soledad.




miércoles, 13 de febrero de 2019

ALCOHOL: 25.000 muertes al año en España


Demasiadas muertes a consecuencia del consumo del alcohol, directa o indirectamente, lo verdaderamente triste es que el alcohol en España se coloca en la parte lúdica o festiva, con motivo de una celebración o cuando algo bueno sucede. No nos encaja no celebrar una buena nueva si no es con el alcohol de por medio y acompañado de una gran tolerancia social. Si lo vemos según cifras de la Organización Mundial de la Salud,(OMS), el límite en el que el alcohol es asimilable o considerado de bajo riesgo es de tres vasos para los hombres y de dos para las mujeres; si entendemos que es de forma casual, no habitual. Un cuerpo que genera tolerancia al alcohol hace que, sin querer, día a día, para notar los efectos de su ingesta, se vaya añadiendo más cantidad para buscar los mismos efectos.
En España es muy acusado el turismo de alcohol asociado al buen tiempo, la playa, los chiringuitos o el botellón. Los jóvenes comienzan a beber, a los 13,5 años y su consumo no es precisamente moderado. El atracón de fin de semana supone la ingesta de más de 70 gramos de alcohol en varones y 56 en mujeres lo que hace que cerca de dos millones de menores hayan bebido al menos una vez en el último año con menos de 18 años. Los 6.000 coma etílicos sumados a que el 82 % de los jóvenes bebe al menos dos veces a la semana, la sociedad española debe reeducarse para que en ese aún desarrollo neurológico no tengan al cabo de una década, problemas con la corteza prefrontal, este término hace referencia a la capacidad para establecer distinciones entre pensamientos conflictivos, realizar juicios acerca del bien y del mal, tener dificultad para realizar tareas, recordar información o procesarla incorrectamente pueden ser signos de alerta además de un bajo rendimiento escolar que se precipita con la ingesta masiva en dos días de la semana.
Beber todos los días; a escondidas; desde primera hora de la mañana con el desayuno; estar pendiente de tomar algo en cualquier circunstancia; tener una vida interrumpida por motivo del alcohol; beber y tomar ansiolíticos a la vez; constituye un problema de salud mental y se debe pedir ayuda cuanto antes. No es solo la parte física la que se altera, sino la mente que llega a procesar un bienestar falso en torno al alcohol. El mejor ansiolítico del mundo es el alcohol en los primeros estadios y muchas mujeres, sobre todo ellas, en silencio y en soledad, comienzan a autogestionar la frustración u otros problemas con el alcohol; solo es una copa…
El alcohol, además, es uno de los factores de riesgo más frecuente en los últimos tiempos en los accidentes de tráfico. Salidas con amigos, celebraciones, cenas y otras situaciones que a diario comprometen al conductor que se arriesga a conducir poniendo en juego no solo su vida sino la de los demás. La pregunta que hay que hacer siempre es la misma. Según la persona, la edad y la circunstancia, hay que determinar por qué se necesita el alcohol para la diversión, para desinhibirse, para olvidar o para vivir. En cualquiera de estos casos el patrón a seguir es dejar de beber o pedir ayuda si no se puede hacer solo. Hay salida si se coge a tiempo y sobre todo que el enfermo quiera hacerlo, si no lo hace que se atenga a las consecuencias porque….  
“EL ALCOHOL ENTRA SILENCIOSO EN NUESTRAS VIDAS Y LENTAMENTE O DE OTRAS FORMAS, BIEN EN ACCIDENTES, PELEAS ETC…SIEMPRE TE PASARA FACTURA, SIEMPRE TE ARREBATARA LA VIDA ALGO QUE NUNCA DEBEMOS OLVIDAR”.





viernes, 8 de febrero de 2019

ALCOHOLISMO: Síntomas


La del alcohol es una adicción que puede ahogar tu vida, ya que no sólo tiene múltiples consecuencias físicas, sino también psicológicas. Salir de este problema es posible siempre que la persona quiera y reciba la ayuda de una Asociación.
El alcoholismo es una enfermedad y genera una dependencia física y psíquica, y para determinar que una persona tiene problemas con el alcohol debe presentar alguno de los siguientes síntomas de forma continuada durante un tiempo:
-          Deseo intenso de beber alcohol.
-          Falta de control sobre el consumo de alcohol, referido tanto a la necesidad de empezar a beber, como a la incapacidad para poder parar o reducir este consumo.
-          Bebe cuando está solo, y trata de ocultar su conducta a las personas de su entorno.
-          Síndrome de abstinencia cuando no consume, que se caracteriza por un malestar físico intenso y una gran ansiedad que el enfermo intenta aliviar bebiendo.
-          Tolerancia. Esto implica que el individuo necesita consumir cada vez más cantidad de alcohol para lograr los mismos efectos.
-          Lapsus o lagunas en la memoria.
-          Interferencia en la vida cotidiana: por ejemplo, aparece un abandono progresivo de otras actividades, se descuida el aspecto personal, disminuye el rendimiento laboral o los estudios, o se emplea mucho tiempo para conseguir alcohol o recuperarse de sus efectos.
-          El consumo de alcohol persiste con independencia de sus consecuencias físicas (como el daño hepático o la desnutrición), psicológicas (depresión, ansiedad), del deterioro de la conducta, o de las repercusiones que tenga sobre la actividad laboral, las relaciones familiares y sociales, etcétera.
Si tienes dudas de que puedas padecer los síntomas que te identifican con una persona alcohólica, te anímanos a realizar nuestro test sobre alcoholismo para identificarlo y ponerle remedio lo antes posible por el bien de tu salud y de los que te rodean.

1. ¿Con qué frecuencia consume alguna bebida alcohólica? (0) Nunca (1) 1 o menos veces al mes (2) 2 o 4 veces al mes (3) 2 o 3 veces a la semana (4) 4 o más veces a la semana                             

2. ¿Cuántas consumiciones de bebidas alcohólicas suele realizar en un día de consumo normal? (0) 1 o 2 (1) 3 o 4 (2) 5 o 6 (3) 7 a 9 (4) 10 o más                                                                                     

3. ¿Con qué frecuencia toma 6 o más bebidas alcohólicas en una sola ocasión de consumo? (0) Nunca (1) Menos de 1 vez al mes (2) Mensualmente (3) Semanalmente (4) A diario o casi a diario                                                                                                                                                                                 

4. ¿Con qué frecuencia en el curso del último año ha sido incapaz de parar de beber una vez había empezado? (0) Nunca (1) Menos de 1 vez al mes (2) Mensualmente (3) Semanalmente (4) A diario o casi a diario                                                                                                                                                

5. ¿Con qué frecuencia en el curso del último año no pudo hacer lo que se esperaba de usted porque había bebido? (0) Nunca (1) Menos de 1 vez al mes (2) Mensualmente (3) Semanalmente (4) A diario o casi a diario

6. ¿Con qué frecuencia en el curso del último año ha necesitado beber en ayunas para recuperarse después de haber bebido mucho el día anterior? (0) Nunca (1) Menos de 1 vez al mes (2) Mensualmente (3) Semanalmente (4) A diario o casi a diario

7. ¿Con qué frecuencia en el curso del último año ha tenido remordimientos o sentimientos de culpa después de haber bebido? (0) Nunca (1) Menos de 1 vez al mes (2) Mensualmente (3) Semanalmente (4) A diario o casi a diario

8. ¿Con qué frecuencia en el curso del último año no ha podido recordar lo que sucedió la noche anterior porque había estado bebiendo? (0) Nunca (1) Menos de 1 vez al mes (2) Mensualmente (3) Semanalmente (4) A diario o casi a diario

9. ¿Usted o alguna otra persona han resultado heridos porque usted había bebido? (0) No (2) Sí, pero no en el curso del último año (4) Sí, en el último año.
10. ¿Algún familiar, amigo, médico o profesional sanitario han mostrado preocupación por su consumo de bebidas alcohólicas o le han indicado que deje de beber? (0) No (2) Sí, pero no en el curso del último año (4) Sí, en el último año.
Puntuación: Se suman los resultados de cada respuesta que están entre paréntesis delante de la misma.




sábado, 2 de febrero de 2019

¡¡ 22 AÑOS DESPUÉS DE VOLVERME ABSTEMIO...!!

Todo comienza en la adolescencia, cuando te ves envuelto en una sociedad que sobrevive a una dictadura y en la que, por supuesto hay una cultura remarcada machista donde los jóvenes queríamos llegar a ser hombres antes de tiempo, y de ahí, comienza toda la historia alcohólica de la mayoría de los que ahora tenemos más de sesenta. La mayoría comenzamos a consumir porque experimentamos un profundo vacío, otros por aparentar ser más “hombres” y otros porque les agradaba la puesta a punto del alcohol. Ese vacío que muchos hemos tenido refleja sentimientos de soledad y desesperanza, que dejan a la persona sin palabras, unos silencios que solo son oídos por otros con el mismo problema, al principio me preguntaban "¿crees que resolverás así tus problemas?"; pues no, no pretendemos solucionarlos, pretendemos evadirnos, que no es lo mismo. Olvidarnos momentáneamente de aquellas cosas que aún siguen pendientes en nuestras vidas. Es un modo de refugiarnos con la satisfacción de huir hacia un sitio más “reconfortante” que nos devuelva la calma y la seguridad en nosotros mismos, a la vez nos otorga un alivio y ánimos para sobrellevar las condiciones de vida que en las que nos vemos inmersos. "¡¡Nos sentimos solos y con un complejo de inferioridad tremendo!!" , no únicamente eso, las personas que caemos en adicciones, cualquiera que sea, escondemos algún trastorno tipo de depresión, tristeza profunda o una compulsividad fuera de lo normal; algunos ni siquiera nos atrevíamos a admitirlo, a simple vista nos mostramos enteros, fuertes y capaces de todo, pero por dentro cambia todo, nuestro mundo de “ficción” se nos va al carajo. No nos damos cuenta del daño que nos hacemos y como tenemos muchos problemas, en vez de arreglarlos los incrementamos, algunas veces somos conscientes de ello y en muchos casos hacemos a propósito una autodestrucción para provocarnos más daño; cuando uno está resignado y no encuentras la salida por ningún sitio somos capaces de cualquier cosa, todo da lo mismo, estamos dispuestos a soportar las consecuencias negativas que el alcohol acarrea, por disfrutar y aislarse temporalmente de la realidad. Sabemos que ese atrevimiento tendrá un precio muy alto, no somos ni tontos, ni estúpidos. Cuando una persona está pasando por una crisis emocional, son muchos los factores que se entrelazan, a veces sentimos que la soledad nos devora y no encontramos mejor y más fácil salida que la de despejar la mente mediante el alcohol, es como si estuviéramos hipnotizados. Además, hay que tener en cuenta que cuando uno se ha vuelto adicto al alcohol, tampoco resulta sencillo salirse de allí, la dependencia a eso es mucho más fuerte que la propia voluntad, y solo reconociendo la enfermedad y pidiendo ayuda, a su vez acudiendo a la Asociación, para recibir terapias de autoayuda es posible volver a una vida con la mayor "normalidad". Por último debo denunciar a una sociedad hipócrita, que tiene una bestial tolerancia con el alcohol y luego juzga a todas aquellas personas que han tenido el infortunio de caer en las redes de la adicción al alcohol, personas con unas historias que no sabemos cómo han podido llegar a esa situación, aparte de no saber tampoco que es lo que pasa por la cabeza y el corazón de esas personas, que es lo que han sufrido, soportado, que se callan que aún llevan la carga encima, y muy posiblemente después de haber superado la enfermedad se tardan un montón de años en poner la cabeza y la vida en orden.



miércoles, 30 de enero de 2019

¿Y TU PORQUE NO BEBES ALCOHOL?

La costumbre de socializar con una copa en la mano nos hace olvidar que no hacerlo también está bien, y que incitar a la bebida puede ser molesto.
En mi época de bebedor entre otras cosas era un incitador de mis compañeros o amigos en todas los almuerzos, comidas o cenas que teníamos durante el año que no eran pocas, para que bebieran alcohol, yo necesitaba un “cómplice” que tapara mis excesos y poder seguir con mi comportamiento, si alguien no bebía, no le quería allí conmigo. Consideraba, como todos los que beben mucho, que los que no bebían no eran divertidos. Lo curioso del tema es, que los mismos amigos y compañeros que yo tenía, decidieron darme de lado cuando mis excesos los comprometían en ciertas situaciones, cuando ellos fueron al principio los que me incitaron a tomar alcohol.
Cuando yo dije hasta aquí hemos llegado hace ya más de 20 años y me volví abstemio, cuando me iba a alguna comida(no a todas), siempre había uno que me decía el clásico ”por una no pasa nada”, él no sabía que esa una era mi perdición, al principio aun me esforzaba y si me escuchaban daba una explicación de porque no bebía alcohol, pero viendo que era hablar con la pared, tome la determinación de nunca más dar explicaciones, ni hacer una cruzada contra el alcohol o los que beben, eso considero que debe de ser una decisión de cada uno y se debe respetar. 
España tiene un consumo de alcohol por habitante mayor a la media de la Unión Europea, con 10 litros al año por español mayor de 15 años. Es un país en el que las bebidas alcohólicas están aceptadas y muy arraigadas culturalmente. El "venga, hombre, aunque sea solo una"
"te coges un taxi si llevas coche" o si "estás embarazada" son respuestas muy comunes ante la negativa a tomar una copa en cualquier fiesta o celebración que se preste, incluso puede llegar a molestar al incitador por el desprecio, ¿a que nadie insiste a un exfumador a fumarse un cigarro? Y si dice que no, ni cuestiona su decisión pero, a diferencia de lo que ocurre con el tabaco, la mayor parte de la gente no está sensibilizada sobre las consecuencias para la salud que puede acarrear el consumo de alcohol, estamos en una cultura a favor del alcohol, donde su consumo se incentiva, como todo el mundo lo hace, creen que el riesgo de beber es muy bajo, por lo que no solo es que esté socialmente aceptado, sino que lo fomentamos en situaciones de ocio, sobre todo en los jóvenes que tienen como lema que si no beben alcohol no se divierten, que equivocados están, con alcohol en el cuerpo aparte del daño que hace, lo más lógico es que alguno “cague” la fiesta o termine la cosa con peleas y cosas peores. En este contexto, el alcohol se percibe como imprescindible para la diversión, para sentirse integrado, el beber juntos es considerado un gesto de amistad y afecto. Pero también han de entender que no hacerlo no constituye ningún desprecio y puedo tener la misma amistad y afecto o más que los que beben.
Las personas que consideramos amigas, las que nos quieren, son las mismas que llevan peor aceptar nuestra negativa. Los seres humanos tendemos a juntarnos con personas que son muy parecidas a nosotros, con costumbres muy parecidas, por lo que, si comenzamos a hacer cosas que se saltan las reglas del grupo, como no beber en una fiesta, puede resultar un desafío para el resto, ellos esperan de ti que lo hagas, es como ir contra el grupo si no lo haces, es fácil caer ante la presión. Un comentario tipo "venga, solo una, que es mi cumpleaños", y muchos pueden acabar con una copa en la mano, sobre todo si sufren lo que llamamos ansiedad social. Estas personas están más preocupadas por lo que los demás piensan de ellas y eso hace que sean más influenciables al carecer de personalidad, es esa finalidad hedónica, recreativa y social del alcohol lo que facilita que casi todo el mundo se exponga a la sustancia en edades tempranas estamos hablando de los 13 años y medio, que un niño o niña a esa edad ya estén metidos con el alcohol y eso es algo que puede favorecer el desarrollo de una adicción, esa presión social es muy dañina también para quienes se están rehabilitando de la adicción al alcohol.
Y no solo los adolescentes sienten esa presión, los adultos también encuentran dificultades para escapar del interrogatorio hombres y mujeres de mediana edad, ellos también sienten las presiones para beber por parte de sus amigos. inventar excusas, como tener que conducir es la mentira más recurrente, la que mejor funcionaba para escapar de la inquisidora ronda de preguntas: ¿Y desde cuándo? ¿Es por una enfermedad? Entonces, ¿qué haces cuando sales de marcha? ¿Seguro que no te gusta el sabor? Eso es que no has probado este vino... Pero si la persona que tenemos enfrente ha dejado el alcohol por problemas de salud o adicción, lo cierto es que, por muy inocente que sea, estás poniéndole en una situación muy difícil con tanta pregunta. Es esa normalización del consumo la causante de que probablemente quien tiene problemas de dependencia no sea capaz de concienciarse de que verdaderamente tiene una dificultad. Y si la persona ya ha decidido dejar de beber, sin duda alguna ese entorno que vincula el alcohol con celebración y alegría le hará más difícil mantenerse abstinente" Es una poderosa razón para entender que está bien no beber, y que preguntar por qué puede ser menos inocente de lo que parece. Lo mejor bajo mi punto de vista, es que cuando se quiere dejar el alcohol no ir a ninguna fiesta, no ir a los bares y alejarse en todo lo posible de situaciones de riesgo que van a ser angustiosas y pueden provocar una recaída, yo a día de hoy, puedo ir sin ningún problema a todas las comidas familiares, con mis amigos a cenas, almuerzos y ya nadie me incita ni me “invita” a tomar una copa, estoy totalmente rehabilitado de mi adicción y soy una persona responsable, que si tuviera la más mínima señal de querer beber alcohol, lo primero que haría es empezar otra vez a tomarme el Antabus y volver de continuo a mi Asociación a empaparme de terapias de autoayuda.



miércoles, 23 de enero de 2019

LA FAMILIA DEL ALCOHÓLICO: COMO AYUDARLE


Convivir con un enfermo alcohólico es una de las experiencias que más desgaste emocional puede causar a una familia, ya que pone a todos sus miembros ante situaciones límite de manera constante, cuando necesitan saber cómo ayudar a un alcohólico, lo primero que deben darse cuenta es que el alcoholismo del enfermo ha calado en la propia estructura familiar y ha hecho “enfermar” a todo el clan. “El alcoholismo no es una obra de “teatro” con espectadores; al final, toda la familia entra de lleno en la obra y se ve involucrada en ella”. Después de muchos años de experiencia en ayuda de la rehabilitación de miles de enfermos he llegado a la conclusión de que nunca va por una parte el alcohólico y, por otra, los demás miembros de la familia, sino que la conducta alcohólica interacciona de tal manera en la convivencia cotidiana que sería más apropiado hablar de “familia alcohólica” en general.
Una familia donde hay comunicación y todos son capaces de participar en la recuperación del enfermo tendrá bastantes posibilidades de superar el conflicto. Aquí, como en tantas cosas, el término medio es lo correcto. Es decir, no es una buena estructura para salir adelante tanto si los miembros de la familia están muy pegados unos a otros, como si cada miembro pasa del otro y hace su vida. En el primer caso, dará lugar al “juego de la familia” descrito antes; y en el segundo supuesto el alcoholismo acentuará la separa­ción de los miembros, hasta llegar a la ruptura total. El mejor antí­doto es la unidad familiar, toda la cadena familiar bien engrasada.
¿Entonces que debemos hacer para ayudar al enfermo alcohólico?
Todos los miembros de la familia deben comprender que el alcohólico es un enfermo, no un degenerado ni un vicioso, ni bebe porque le da la gana. Por tanto, hay que tratarlo como tal y no aceptar las condiciones que nos imponga ni creerse todas las promesas de abstinencia que pueda hacer porque nos mentira en autodefensa.
El alcoholismo no sólo se corrige a base de voluntad, sino que es preciso un tratamiento adecuado para ayudar a la persona a superar la enfermedad alcohólica. Es imprescindible la ayuda de un médico que ponga un tratamiento y señale los criterios de actuación. Incluso en situaciones lími­te cuando se ve la imposibilidad de mantener la abstinencia, es aconseja­ble un internamiento para el proceso de desintoxicación, y la segunda pauta imprescindible es, que el enfermo tiene que ir a una Asociación para recibir terapias de autoayuda, donde le darán información y le enseñaran todos los recursos para mantenerse abstinente y no tener recaídas.  
Para ayudar a un alcohólico, de nada sirven las amenazas eso de “si vuelves a beber, me mar­cho y te quedas solo” ni esconder las botellas, pues el alcohólico es un enfermo y, sin un tratamiento adecuado, no podrá controlar su impulso de beber. Los chantajes, en ocasiones, lo único que hacen es reforzar aún más la conducta alcohólica, en un intento falso de reafirmar su personalidad.
Debemos recordar a la familia que el alcohólico lo será durante toda la vida y que, por tanto, el verdadero trata­miento no termina cuando el alcohólico deja de beber; ése es el principio y fundamental. Por eso los grupos de autoayuda aconsejan empezar cada jornada con un pensamiento positivo de que “Hoy no voy a beber” o lo que es lo mismo, vivir nuestra abstinencia en el día a día.
Cuando el alcohólico está bajo los efectos del alcohol, no debemos recriminarle su conducta, pues en muchas ocasiones puede responder con agresividad psíquica donde los insultos y ataques verbales son desproporcionados e incluso la agresión física.
La familia no debe relacionarse con el alcohólico con una actitud detectivesca, controlando las salidas, los lugares que frecuenta o el tipo de amigos que tiene, sino que, desde una postura adulta, debe indicarle los comportamientos que sugieren un alto riesgo de seguir bebiendo y permitir que él decida sobre su conducta. Debe ser un control a distancia y asumiendo que el alcohólico es una persona adulta. No obstante, en situaciones extremas alto riesgo para su vida, despilfarro de su dinero, peleas, accidentes, etc. se puede pedir al juez su ingreso “forzoso y urgente” en una unidad de internamiento psiquiátrico, o bien iniciar un proceso de incapacitación, para evitar que dilapide sus bienes o en casos de conducción mate a cualquiera.
De alguna manera, la conducta alcohólica de algún miembro de la familia impregna toda la estructura familiar. Por eso también es aconsejable que acuda a tratamiento el resto de los familiares. Todos ellos, de una forma u otra, deberán iniciar un proceso de adaptación ante la nueva situación y aprender a tomar las medidas más oportunas para tratar al alcohólico y todo eso lo van a aprender en los grupos de familiares en la Asociación, donde ellos también se van a “curar” de esta enfermedad maldita, que en el siglo XXI sigue siendo la más devastadora de todas las drogas y encima es legal.




martes, 22 de enero de 2019

EL ALCOHOLISMO EN LA MUJER

A muchas de vosotras os puede ser difícil admitir y aceptar que tenéis un problema con el alcohol. A veces el alcohol parece ser la solución de nuestros problemas, la única cosa que nos hace la vida tolerable. Pero, si al considerar nuestras vidas francamente, vemos que los problemas parecen surgir cuando bebemos, problemas en la casa, en nuestro trabajo, problemas de salud, problemas con nuestras familias e incluso en nuestras vidas sociales es más que probable que tengamos un problema con la bebida. Yo como experto en adicciones se que cualquier persona, dondequiera que esté, sean cuales sean sus circunstancias personales, puede padecer la enfermedad del alcoholismo. También sé que toda persona que desee dejar la bebida lo puede hacer, primero reconocer su enfermedad y luego encontrar ayuda para su recuperación en una Asociación. No importa nada si tienes 20 o 50 años, si eres rica o pobre, universitaria, estudiante escolar, ejecutiva o un ama de casa, una paciente en tratamiento, presa en una cárcel, o una sin hogar. Puedes obtener ayuda, pero tú tienes que tomar la decisión de pedirla. Desde la niñez las mujeres han sido educadas como el "sexo débil", que espera realizar su propia valía a través, de sus relaciones con hombres, más que por sus propios méritos y actividades. Hasta hace poco tiempo, las mujeres rara vez eran estimuladas a desarrollarse como personas independientes, con una identidad definida y fuerte. Esto no quiere decir que los problemas de la bebida de la mujer se deriven completamente de su papel en la sociedad, pero independientemente de lo que hagan de su vida, no pueden escapar del juicio de que, básicamente, están en "inferioridad por ser mujeres", beben, en primera instancia para calmar su soledad, sentimientos de inferioridad, y conflictos acerca de su rol sexual, independientemente de su estilo de vida. Muchas mujeres obtienen gran satisfacción de su papel de madres y amas de casa de tiempo completo. Pero esto lleva a otras a beber. No todas las mujeres tienen interés en cuidar un hogar. No obstante, muchas abandonan sus carreras, debido a la presión por tener que asumir un papel tradicional. No es un compromiso fácil de adquirir. Sentirse atrapada en un estilo de vida que no está de acuerdo con sus intereses y objetivos reales, hace sentir a algunas mujeres cada vez más agobiadas por la frustración y la rabia presas en un conflicto paralizante, no tardan en descubrir que un par de tragos por la vía rápida para disolver la ansiedad. Empiezan así a depender más y más del alcohol que las protege de sus propios sentimientos. Antes de que se den cuenta, están sintiéndose apoyadas por dosis regulares de alcohol, simplemente para "pasar el día". Sin saberlo, se han convertido en alcohólicas. Otra situación a menudo descrita en relación con el ama de casa alcohólica es el "síndrome del nido vacío" Los hijos crecen y dejan el hogar; una enfermedad seria; un divorcio. Para muchas mujeres, el hogar, centro de sus vidas, desaparece repentinamente. Tienen pocos recursos, ningún trabajo, pocos amigos cercanos, ningún interés real. La ansiedad y la soledad se manifiestan. Para estas mujeres, el beber seguido alivia el dolor.
Aun cuando una mujer decida trabajar fuera de la casa, muchas veces se encuentra con que se le considera inferior, de echo cobra menos que el hombre haciendo el mismo trabajo; debe redoblar su esfuerzo sólo para probar que es tan competente como sus compañeros varones. Queramos o no los hombres, debemos reconocer que todavía existe una sociedad muy machista por la falta de educación desde pequeños en una cultura de igualdad. Para ellas la presión puede llegar a ser agobiante y, como en el caso del ama de casa, puede descubrir que el alcohol parece reducir el dolor y la ansiedad, que con las copas recobra el ánimo. Al observar el problema que enfrentan las mujeres alcohólicas, se demuestra una vez más que no hay una sola causa para el alcoholismo; se trata de una combinación de factores. En el presente sólo puedo decir que este desorden es debido quizá a una combinación compleja, que comprende, la biología y psicología de una persona, que reacciona con otra combinación compleja de factores externos que precipitan la dependencia del alcohol.