viernes, 22 de abril de 2016

BEBER EN EXCESO

 Hay mucha gente que le cuesta llegar a comprender por qué algunas personas beben en exceso, es fundamental entender desde un principio qué el alcohol es una droga que, por lo menos a corto plazo, elimina o mitiga una amplia variedad de sentimientos y vivencias desagradables. En ocasiones, se puede etiquetar esas situaciones como ansiedad o depresión. La vida puede a veces parecer aburrida o inútil, invadida por una sensación de vacio; o bien puede haber un sentimiento crónico incomodo de frustración e inquietud. La persona insegura o la que pone en duda su estima encuentra en la bebida la posibilidad de eliminar temporalmente esos malos ratos. La persona que bebe demasiado usa la mayoria de las veces el alcohol como una droga para alterar la percepción de un mundo que ve dificil, o para mitigar sentimientos acerca de si misma con los cuales le resulta dificil vivir. Lamentablemente para que el alcohol produzca los efectos deseados hay que tomarlo en grandes cantidades y como el alcohol solo produce alivio temporal, la dosis se tiene que repetir con frecuencia, esta situación se repite cada vez con más cantidad y se llega a desarrollar la llamada tolerancia encontrando los fines deseados, de esta manera buscando en el alcohol nuestra solución a los problemas al beber en exceso no solo agudiza los problemas ya existentes, sino que altera la conducta y hace de su mundo un lugar hostil y los resultados le dan buenas razones para sentirse cada vez más frustrado y fracasado. El problema se vuelve circular y entra en un mundo de dificil salida.

DÍA A DÍA

Hoy se puede dar fin a las promesas y los juramentos de no más alcohol, el nunca más lo hare y un montón de promesas rotas, proyectos de plazos incumplidos, incluso las “ probatinas ” temporales no salieron como esperábamos, también fracasamos, y ¿por qué ocurre esto en Alcoholismo? Por qué los juramentos y promesas tienen la duración en lo tarde la persona en volver a tomar alcohol.
Podemos estar sin probar una gota días, quizá meses, pero si la persona es dependiente del alcohol en cuanto tome el primer trago se beberá todo lo que no se ha bebido hasta entonces, el deseo sincero de no volver a beber alcohol, se ve superado por nuestra enfermedad que nos condena a volver a repetir la conducta indeseable que nos reconduce al abuso del alcohol y a llegar a las malditas borracheras.
Solo con las buenas intenciones no es suficiente para detener la obsesión por la bebida, podemos creer que la ocultamos en algún lugar de nuestra mente, pero no desaparece, se mantiene a la espera de que la autosuficiencia y la confianza hagan su trabajo, todo en nosotros es un campo de batalla, del que no parece que formemos parte. Nos limitamos a recibir golpes sin posibilidad de poder detenerlos, la indefensión es total y el desconcierto también, había sinceridad absoluta en las promesas, aunque quizá no seamos conscientes de lo prometido, por desconocimiento de su alcance.
Al comenzar a entender el problema nos sentimos aterrados y entonces es cuando debemos pedir ayuda y los que han conseguido la sobriedad acuden en nuestro auxilio, dándonos con su ejemplo la maravillosa noticia de que todo empieza por estar un día sin beber, y nos encaminan a no tener más alla del día a día ningún proyecto de abstinencia, hemos comprobado tras no pocos pruebas, que no importa lo que bebamos, siempre acabamos en dificultades sin pretenderlo, derrochamos energía futura y pasada y nunca utilizamos la única que realmente tenemos : la de hoyMuchas personas que conocemos y son como nosotros dejaron de beber un tiempo más o menos largo y creyendo en la “curación” por lo bien que estaban volvieron a  recaer, con su consiguiente carga de humillación, culpa y remordimiento.  Con tales hazañas en nuestro haber, cualquier referencia nos recuerda todos nuestros fracasos y desastres emocionales correspondientes y nos sitúa ante el alcoholismo como lo que es una enfermedad permanente que solo se parara con la abstinencia, así que nuestra propia experiencia nos enseña a no hacer promesas a largo plazo. Lo que esta a nuestro alcance es: permanecer un día sin beber, hoy, sin importar cual sea la circunstancia que nos toque vivir, al pasar esa prueba es la continuidad de decir, ahora no, pase lo que pase ahora no, este es un planteamiento flexible que puede ser utilizado en cualquier momento, podemos adaptarlo a cualquier necesidad, no es preciso ni lugar ni hora, siempre es ahora, nadie puede vivir en otro momento. Vivir el presente es una manera sencilla de resolver un problema tan complicado como el alcoholismo activo. en ese momento decidimos no beber y es precisamente en ese momento presente cuando únicamente podemos hacerlo, todo ocurre en el ahora. Cuando las dudas nos asalten pensemos donde esta escrito que mañana estaremos vivos, solo por hoy se puede conseguir no beber, como se pueden lograr muchas cosas.Hay que querer aunque las dificultades sean grandes, pero no insuperables, para superarlas la fuerza del grupo de autoayuda aporta la firmeza necesaria para conseguirlo, solos nunca pudimos y ahora tampoco podremos. 


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¿ EL ALCOHOL AYUDA A OLVIDAR ?

 

 ¿El alcohol ayuda a olvidar? Todo lo contrario, beber alcohol estimula áreas de nuestro cerebro implicadas en el aprendizaje y la memoria.
Según publica el neurobiólogo Hitoshi Morikawa en la revista Journal of Neuroscience, el alcohol "reduce nuestra capacidad consciente para recordar información como el nombre un amigo, la definición de una palabra o dónde aparcamos el coche; pero nuestro subconsciente aprende y recuerda también, y el alcohol aumenta nuestra capacidad de aprender a este nivel". En sus experimentos, Morikawa ha comprobado que la exposición repetida al etanol aumenta la plasticidad sináptica de las neuronas en un área clave del cerebro para la memoria. De hecho, cada vez es más evidente que la adicción al alcohol y las drogas podría considerarse un trastorno de la  memoria y el aprendizaje. De acuerdo con Morikawa, los alcohólicos no son adictos a la experiencia de placer que obtienen bebiendo, sino al contexto psicológico, al comportamiento y al entorno que rodea el consumo de alcohol. Y eso les empuja a repetir.
Solemos pensar en la dopamina como un neurotransmisor de la felicidad, pero en realidad es un neurotransmisor ligado al aprendizaje", aclara el neurocientífico. "Su principal efecto consiste en fortalecer las sinapsis que están activas mientras se libera", añade. Según Morikawa, cuando tomamos alcohol se estimula el sistema dopminérgico, que "le dice a nuestro cerebro que lo que está haciendo en ese momento es gratificante, que debe ser recordado y repetido". "Ir al bar, charlar con los amigos, comer ciertos alimentos y escuchar determinada música también es gratificante". Por eso, "cuanto más frecuentemente hagamos estas cosas a la vez que bebemos alcohol más de dopamina se libera, y más adictivo se vuelve el conjunto de experiencias y que rodean al consumo de esta droga", concluye el investigador.


EL ALCOHOL EN LA SOCIEDAD, FAMILIA Y EL INDIVIDUO



Actualmente, el consumo de alcohol es uno de los principales factores que se relacionan con la salud de las personas y sus consecuencias, tienen un gran impacto tanto en términos de salud como en términos sociales. La Organización Mundial de la Salud ha advertido de la magnitud de los problemas asociados al consumo de alcohol, y ha enfatizado su preocupación ante las tendencias de consumo que se observan entre las capas más jóvenes de la sociedad. El consumo de bebidas alcohólicas está  claramente relacionado, con el desarrollo de discapacidades y enfermedades de distinta índole, así como incremente la violencia, el maltrato infantil, marginación y conflictos en la familia y en la escuela. El alcohol está presente en una gran proporción de suicidios, accidentes de tráfico, laborales y domésticos.