Hace más de 300 años que los intelectuales británicos demostraron la utilidad de la mentira en la vida pública. La apelación al embuste como medio de obtener el poder, o de vengarse por ser desalojado de él, no es empero un privilegio exclusivo de los políticos. Sea como fuere, en este caso se trata, sin duda, de un privilegio odioso, concepto que aparece también en el diccionario y que denota un perjuicio a terceros. Llama poderosamente mi atención que sea utilizada por cualquiera hasta llevarla a acusaciones sin ningún beneficio solo por el mero hecho de hacer daño o librarse de una persona que no te cae bien, o que posiblemente no la quieres porque ha tenido los suficientes arrestos para decirte a la cara lo que no le gusta de ti y tú no querías oír.
En consecuencia, lo malo no es la voluntad de engañar, sino solo la voluntad de hacer daño con esa falsedad, y no todo se basa en la mentira también existe las medias verdades, que es más benévolo pero hace el mismo daño, yo personalmente he sufrido las consecuencias de una serie de personajes que lanzaron sobre mi una lluvia de falacias desproporcionadas y con un cinismo fuera de lugar y fuera de los códigos éticos y morales; Los niños mienten por temor, estos otros por cobardía o posiblemente sean tan cínicos que llegue a proporcionarles un pequeño resto de placer. Por último, mentir es fácil, porque no hay forma exacta de saber cuándo las personas están siendo honestas o no. Debido a que no todos los seres humanos emiten constantemente las mismas señales no verbales cuando están mintiendo, es difícil atraparlos en sus mentiras, ahora que tarde o temprano se les pilla.
