sábado, 2 de febrero de 2019

¡¡ 22 AÑOS DESPUÉS DE VOLVERME ABSTEMIO...!!

Todo comienza en la adolescencia, cuando te ves envuelto en una sociedad que sobrevive a una dictadura y en la que, por supuesto hay una cultura remarcada machista donde los jóvenes queríamos llegar a ser hombres antes de tiempo, y de ahí, comienza toda la historia alcohólica de la mayoría de los que ahora tenemos más de sesenta. La mayoría comenzamos a consumir porque experimentamos un profundo vacío, otros por aparentar ser más “hombres” y otros porque les agradaba la puesta a punto del alcohol. Ese vacío que muchos hemos tenido refleja sentimientos de soledad y desesperanza, que dejan a la persona sin palabras, unos silencios que solo son oídos por otros con el mismo problema, al principio me preguntaban "¿crees que resolverás así tus problemas?"; pues no, no pretendemos solucionarlos, pretendemos evadirnos, que no es lo mismo. Olvidarnos momentáneamente de aquellas cosas que aún siguen pendientes en nuestras vidas. Es un modo de refugiarnos con la satisfacción de huir hacia un sitio más “reconfortante” que nos devuelva la calma y la seguridad en nosotros mismos, a la vez nos otorga un alivio y ánimos para sobrellevar las condiciones de vida que en las que nos vemos inmersos. "¡¡Nos sentimos solos y con un complejo de inferioridad tremendo!!" , no únicamente eso, las personas que caemos en adicciones, cualquiera que sea, escondemos algún trastorno tipo de depresión, tristeza profunda o una compulsividad fuera de lo normal; algunos ni siquiera nos atrevíamos a admitirlo, a simple vista nos mostramos enteros, fuertes y capaces de todo, pero por dentro cambia todo, nuestro mundo de “ficción” se nos va al carajo. No nos damos cuenta del daño que nos hacemos y como tenemos muchos problemas, en vez de arreglarlos los incrementamos, algunas veces somos conscientes de ello y en muchos casos hacemos a propósito una autodestrucción para provocarnos más daño; cuando uno está resignado y no encuentras la salida por ningún sitio somos capaces de cualquier cosa, todo da lo mismo, estamos dispuestos a soportar las consecuencias negativas que el alcohol acarrea, por disfrutar y aislarse temporalmente de la realidad. Sabemos que ese atrevimiento tendrá un precio muy alto, no somos ni tontos, ni estúpidos. Cuando una persona está pasando por una crisis emocional, son muchos los factores que se entrelazan, a veces sentimos que la soledad nos devora y no encontramos mejor y más fácil salida que la de despejar la mente mediante el alcohol, es como si estuviéramos hipnotizados. Además, hay que tener en cuenta que cuando uno se ha vuelto adicto al alcohol, tampoco resulta sencillo salirse de allí, la dependencia a eso es mucho más fuerte que la propia voluntad, y solo reconociendo la enfermedad y pidiendo ayuda, a su vez acudiendo a la Asociación, para recibir terapias de autoayuda es posible volver a una vida con la mayor "normalidad". Por último debo denunciar a una sociedad hipócrita, que tiene una bestial tolerancia con el alcohol y luego juzga a todas aquellas personas que han tenido el infortunio de caer en las redes de la adicción al alcohol, personas con unas historias que no sabemos cómo han podido llegar a esa situación, aparte de no saber tampoco que es lo que pasa por la cabeza y el corazón de esas personas, que es lo que han sufrido, soportado, que se callan que aún llevan la carga encima, y muy posiblemente después de haber superado la enfermedad se tardan un montón de años en poner la cabeza y la vida en orden.



miércoles, 30 de enero de 2019

¿Y TU PORQUE NO BEBES ALCOHOL?

La costumbre de socializar con una copa en la mano nos hace olvidar que no hacerlo también está bien, y que incitar a la bebida puede ser molesto.
En mi época de bebedor entre otras cosas era un incitador de mis compañeros o amigos en todas los almuerzos, comidas o cenas que teníamos durante el año que no eran pocas, para que bebieran alcohol, yo necesitaba un “cómplice” que tapara mis excesos y poder seguir con mi comportamiento, si alguien no bebía, no le quería allí conmigo. Consideraba, como todos los que beben mucho, que los que no bebían no eran divertidos. Lo curioso del tema es, que los mismos amigos y compañeros que yo tenía, decidieron darme de lado cuando mis excesos los comprometían en ciertas situaciones, cuando ellos fueron al principio los que me incitaron a tomar alcohol.
Cuando yo dije hasta aquí hemos llegado hace ya más de 20 años y me volví abstemio, cuando me iba a alguna comida(no a todas), siempre había uno que me decía el clásico ”por una no pasa nada”, él no sabía que esa una era mi perdición, al principio aun me esforzaba y si me escuchaban daba una explicación de porque no bebía alcohol, pero viendo que era hablar con la pared, tome la determinación de nunca más dar explicaciones, ni hacer una cruzada contra el alcohol o los que beben, eso considero que debe de ser una decisión de cada uno y se debe respetar. 
España tiene un consumo de alcohol por habitante mayor a la media de la Unión Europea, con 10 litros al año por español mayor de 15 años. Es un país en el que las bebidas alcohólicas están aceptadas y muy arraigadas culturalmente. El "venga, hombre, aunque sea solo una"
"te coges un taxi si llevas coche" o si "estás embarazada" son respuestas muy comunes ante la negativa a tomar una copa en cualquier fiesta o celebración que se preste, incluso puede llegar a molestar al incitador por el desprecio, ¿a que nadie insiste a un exfumador a fumarse un cigarro? Y si dice que no, ni cuestiona su decisión pero, a diferencia de lo que ocurre con el tabaco, la mayor parte de la gente no está sensibilizada sobre las consecuencias para la salud que puede acarrear el consumo de alcohol, estamos en una cultura a favor del alcohol, donde su consumo se incentiva, como todo el mundo lo hace, creen que el riesgo de beber es muy bajo, por lo que no solo es que esté socialmente aceptado, sino que lo fomentamos en situaciones de ocio, sobre todo en los jóvenes que tienen como lema que si no beben alcohol no se divierten, que equivocados están, con alcohol en el cuerpo aparte del daño que hace, lo más lógico es que alguno “cague” la fiesta o termine la cosa con peleas y cosas peores. En este contexto, el alcohol se percibe como imprescindible para la diversión, para sentirse integrado, el beber juntos es considerado un gesto de amistad y afecto. Pero también han de entender que no hacerlo no constituye ningún desprecio y puedo tener la misma amistad y afecto o más que los que beben.
Las personas que consideramos amigas, las que nos quieren, son las mismas que llevan peor aceptar nuestra negativa. Los seres humanos tendemos a juntarnos con personas que son muy parecidas a nosotros, con costumbres muy parecidas, por lo que, si comenzamos a hacer cosas que se saltan las reglas del grupo, como no beber en una fiesta, puede resultar un desafío para el resto, ellos esperan de ti que lo hagas, es como ir contra el grupo si no lo haces, es fácil caer ante la presión. Un comentario tipo "venga, solo una, que es mi cumpleaños", y muchos pueden acabar con una copa en la mano, sobre todo si sufren lo que llamamos ansiedad social. Estas personas están más preocupadas por lo que los demás piensan de ellas y eso hace que sean más influenciables al carecer de personalidad, es esa finalidad hedónica, recreativa y social del alcohol lo que facilita que casi todo el mundo se exponga a la sustancia en edades tempranas estamos hablando de los 13 años y medio, que un niño o niña a esa edad ya estén metidos con el alcohol y eso es algo que puede favorecer el desarrollo de una adicción, esa presión social es muy dañina también para quienes se están rehabilitando de la adicción al alcohol.
Y no solo los adolescentes sienten esa presión, los adultos también encuentran dificultades para escapar del interrogatorio hombres y mujeres de mediana edad, ellos también sienten las presiones para beber por parte de sus amigos. inventar excusas, como tener que conducir es la mentira más recurrente, la que mejor funcionaba para escapar de la inquisidora ronda de preguntas: ¿Y desde cuándo? ¿Es por una enfermedad? Entonces, ¿qué haces cuando sales de marcha? ¿Seguro que no te gusta el sabor? Eso es que no has probado este vino... Pero si la persona que tenemos enfrente ha dejado el alcohol por problemas de salud o adicción, lo cierto es que, por muy inocente que sea, estás poniéndole en una situación muy difícil con tanta pregunta. Es esa normalización del consumo la causante de que probablemente quien tiene problemas de dependencia no sea capaz de concienciarse de que verdaderamente tiene una dificultad. Y si la persona ya ha decidido dejar de beber, sin duda alguna ese entorno que vincula el alcohol con celebración y alegría le hará más difícil mantenerse abstinente" Es una poderosa razón para entender que está bien no beber, y que preguntar por qué puede ser menos inocente de lo que parece. Lo mejor bajo mi punto de vista, es que cuando se quiere dejar el alcohol no ir a ninguna fiesta, no ir a los bares y alejarse en todo lo posible de situaciones de riesgo que van a ser angustiosas y pueden provocar una recaída, yo a día de hoy, puedo ir sin ningún problema a todas las comidas familiares, con mis amigos a cenas, almuerzos y ya nadie me incita ni me “invita” a tomar una copa, estoy totalmente rehabilitado de mi adicción y soy una persona responsable, que si tuviera la más mínima señal de querer beber alcohol, lo primero que haría es empezar otra vez a tomarme el Antabus y volver de continuo a mi Asociación a empaparme de terapias de autoayuda.