El hecho de que al menos un día al año esté reservado a
una causa que se considera importante para todas los seres humanos ya debería
decirnos algo, es decir, ¿alguien se ha preguntado por qué existe un Día Sin
Alcohol? Seguro que sí. Y la respuesta es que es necesario que no se pase por
alto que esta sustancia es una droga, el alcohol, no es inofensivo y causa
verdaderos problemas sociales, económicos, laborales y los más graves, los
psiquiátricos con demencias y trastornos irrecuperables.
En el Día Mundial
Sin Alcohol muchos son las proposiciones para dejar la
bebida. Sin embargo, lograr detectar si realmente se padece un problema en el
consumo excesivo no es tan sencillo pues, factores psicológicos influyen en la negación de las
personas para afrontar si son o no alcohólicos, la adicción a
cualquier droga es un proceso complicado y se explica como una interacción
entre individuo, medio ambiente y la sustancia. Esto quiere decir que no es la
sustancia por sí misma la que provoca la adicción sino más bien un conjunto de
factores que se influyen, tales como patrones de consumo, frecuencia,
características personales del individuo, cómo éste se relaciona con su medio y
como este medio acepta y permite el consumo de alcohol.
He sido testigo inevitable de duras experiencias sobre la
enfermedad alcohólica, testigo de sus temores, ilusiones, esperanzas y lleno de
ganas por exprimir el presente, sin mirar al pasado ni al futuro, solo abro una
puerta de par en par para todo aquel que quiera “curarse”. "Por respeto a
quienes están luchando a diario, me aferro a la vida, una forma de afrontar la
enfermedad que no deja de emocionar, de transmitir, de enseñar todos los días
aun después de más de veinte años de sobriedad. Portador también de un cáncer
sigo luchando todos los días con la mayor normalidad. Nadie hallará
en mí una queja sobre mis enfermedades, pues ellas han hecho de mí un hombre
totalmente diferente, mejor persona, mejor marido y mejor padre. Yo
soy una persona que convive con dos enfermedades jodidas y que intenta explicar
a los enfermos y a sus familiares que es posible vivir, incluso de una forma
normal. A pensar en el cáncer le dedicó cero minutos al día y al alcoholismo
igual. Tengo miedo, como todo el mundo pero a la muerte, no al alcoholismo ni
al cáncer. La vida me ilusiona, quiero ser feliz y el miedo lastra algunos
momentos de mí día a día aunque se me pasa pronto, ya que tenemos poco tiempo
como para consumirlo con el miedo.Mi principal objetivo sobre la enfermedad alcohólica consiste en "desdramatizarla”, ya que una vez que está con nosotros se quedara para siempre, luego entonces hay que darle solo la importancia que tiene y poner en marcha toda la “artillería” para parar la enfermedad. Me siento cómodo de embajador de la enfermedad, pues al fin y al cabo soy uno más de tantos que queremos descubrir a ese francotirador agazapado en la azotea de la desinformación para acabar con él, ya que los prejuicios matan más que la enfermedad. Y para todas aquellas personas que quieran dejar el alcohol animarlas a dar el gran paso, porque el alcoholismo hay que Iniciarlo, Entenderlo y mantenerlo estas tres palabras son el secreto tan buscado por muchas personas durante toda una vida desesperados por no poder salir de la adicción. Yo siguiendo con mis principios y comprometido con la sociedad seguiré luchando con la mejor herramienta que pueda haber, mi experiencia de más veinte años de abstemio dando calor y aliento a todas aquellas personas que sufren esta devastadora y cruel enfermedad dentro de mi capacidad. Información en la Página de Facebook, Alcoholismo: Yo estuve en el Infierno.