viernes, 31 de marzo de 2017

¡¡¡MALTRATO PSICOLÓGICO EN LA PAREJA!!!



 Este tipo de violencia, más normalizada en las relaciones, puede hacer más daño que la violencia física. Esta ansia irracional de dominio, de control y de poder sobre la otra persona es la fuerza principal que alimenta la violencia doméstica entre las parejas. El maltrato psicológico en la pareja es un tipo de violencia, yo diría que el más generalizado y sobre todo, el más normalizado. Es este un tipo de violencia apenas detectable, difícil de probar aunque su poder dañino puede ser infinitamente superior al de la violencia física, mucho más obvia y donde la víctima acaba por tomar medidas para defenderse o protegerse. Es sutil, intermitente pero constante, lo que deriva en una gran dependencia emocional en quien lo sufre de la mano de una lenta, pero segura destrucción de la autoestima de la víctima. Y es este su mayor poder de agresión, la progresiva anulación de la persona maltratada quien ya duda incluso de su propio valor como ser humano. La desvalorización y la culpa son los protagonistas emocionales de un fino trabajo de distorsión de la realidad donde la persona llega a creer que lo merece, que quién la va a querer a ella y qué ese es el precio por no estar sola o por no asumir el estigma de fracaso que contiene un divorcio. No hay un perfil específico de persona más vulnerable al maltrato, se da en todas las culturas y contextos socioeconómicos. Lo que sí que hay es un perfil de persona maltratada psicológicamente ya que el maltrato va configurando cambios en la personalidad de quien lo sufre, tales como inseguridad y baja o nula autoestima, percepción de impotencia para manejar el entorno, culpabilidad, sensación de fracaso vital, sentimientos ambivalentes, se subestima la gravedad del maltrato incluso justificándolo, se adopta la visión de la realidad de quien agrede, no se es consciente en muchos casos de ser víctima de maltrato psicológico. Esto es más frecuente de lo que se cree: hay grandes dosis de violencia normalizada en las relaciones, y especialmente en las de pareja. 
 En cuanto al perfil de la persona que maltrata psicológicamente, es paradójicamente alguien en extremo dependiente e inseguro, con escasa capacidad empática, muy controlador. Es verdad que se recoge en las estadísticas un alto índice de maltratadores psicológicos que proceden de hogares donde fueron educados bajo modelos de relación basados en el maltrato y en el control, así como también el uso y abuso del alcohol y las otras drogas favorecen la aparición de esta conducta. Se van tolerando pequeñas humillaciones, sutiles desprecios, se permiten la violaciones de la intimidad mediante el permiso explícito o no de mirar mi móvil o mis redes sociales, me someto a tu juicio sobre mí, empiezo a pedir permiso “que no opinión” para tomar decisiones, aguanto tus estallidos de irritabilidad para no empeorarlos, acepto una y otra vez las disculpas y todo ello sostenido por la creencia de que el amor todo lo puede si queremos que dure, es necesario ser flexible. Sin embargo, son algunas de las variables que explicarían solo parcialmente un comportamiento tóxico, ya que en última instancia toda somos libres de elegir cómo queremos ser y qué tipo de relaciones queremos construir, las circunstancias influyen pero no determinan, luego nada justifica el maltrato hacia otros aun habiendo sido ellos mismos víctimas del mismo.