jueves, 6 de octubre de 2016

¡¡¡EN ESTOS TIEMPOS QUE CORREN!!!

En estos tiempos que corren los seres humanos nos hemos vuelto demasiado intolerantes e irrespetuosos, nos pasamos las normas por el puente de la entrepierna y la solidaridad nos creemos que es una marca de motos, nos da igual lo que le pase a nuestros vecinos, habitantes también de este planeta, si vemos a alguien tirado en la calle o golpeando a una mujer nos la pela, ya poco nos importa el amor, el respeto; Ahora solo se ven guerras, conflictos y un permanente estado de tensión, estrés, ya no se puede salir a la calle en calma, demasiada prisa y mucho ruido, todo es un caos comercial, publicidad por aquí, de la telebasura y la cantidad de vividores que son parásitos sin ningún estudio ni preparación que se las llevan caliente ni hablemos, inseguridad por allá, paro y desahucio por aquí, política choricera por allá, etc, etc... Ya quedan muy pocos espacios para compartir, divertirse y entretenerse sanamente, nosotros mismos hemos provocado este mundo toxico por la mediocridad existente entre los componentes de esta sociedad, y nos hemos convertido en unos victimistas que nos quejamos de casi todo y sin embargo si no nos roban el sofá no se menea del sitio ni dios y algo insólito en la historia del mundo mundial, un gobierno de ladrones que cuanto más roban más escaños sacan “increíble”. Y si hablamos de la juventud ¿Qué estamos haciendo mal? En casa, la manía que tenemos de sobreproteger a los hijos les hacemos creer que son el centro del universo, que pueden hacer todo lo que quieran sin que tenga ninguna consecuencia, y, sobre todo, les estamos transmitiendo un mundo irreal, porque no les enseñamos a manejar la frustración y a valerse por sí mismos. El resultado son chavales muy inseguros, con mucho miedo, que utilizan la violencia para conseguir las cosas, esa sobreprotección conlleva a muchachos/as que cada vez necesitan más cosas nuevas y en muchos casos van directos a toda clase de drogas ilegales y al alcohol metiéndose en muchos problemas ellos y los padres y no es eso lo peor estamos creando unos delicuentes en potencia, que de nada provechoso servirán a esta sociedad que llegara el día que los repudie por ser personas irrecuperables. Hemos perdido en muchos casos la dignidad y hemos de recuperarla para saber quiénes somos, que parece que nos hemos olvidado que hemos venido a hacer a esta vida, en vez de venir a vivirla, parece que hemos venido algunos a sufrirla, masocas que somos. Empecemos por tener una responsabilidad cumpliendo con los compromisos que has adquirido que no es hacer lo que quieres, sino querer hacer lo que debes. La dignidad es no hacerte trampas a ti mismo, ni a los demás. Es tener ideas claras sobre lo que está bien y lo que no lo está, y hacer lo que tienes que hacer, y siempre el respeto sobre los demás, sean lo que sean, blancos, negros, gays, altos, bajos, gordos, flacos, católicos, musulmanes etc... No vale saltarse ninguna regla, o pierdes la fuerza y el temple de quien es dueño de sí mismo, así crearemos conciencia y reflexionaremos, haciendo de la solución a nuestras diferencias un punto de inflexión, porque todos los argumentos y capacidades para darle la vuelta a todo esto está dentro de cada uno de nosotros...

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