miércoles, 16 de marzo de 2016

¿DEBERIA LA DEPENDENCIA AL ALCOHOL SER INCLUIDA EN ALGUNA ASIGNATURA DE MEDICINA?

 En mi modesta opinión, ¡SI! La incorporación de una asignatura nueva en la licenciatura de Medicina sobre “Adicción al alcohol, diagnóstico precoz y tratamiento” como acción preventiva básica para evitar el daño causado por el consumo de alcohol sería un gran avance y de grandísima ayuda tanto para el médico como para los enfermos. Preocupa especialmente el daño generado por el consumo de alcohol por ser la droga que más repercusión orgánica y social causa. En Europa el consumo medio anual percápita es de 10,9 litros, España lo sobrepasa con 11,2 litros. El consumo de alcohol se relaciona con más de 200 enfermedades y lesiones, entre ellas cirrosis, síndrome alcohólico fetal (SAF), una mayor vulnerabilidad hacia ciertos canceres y también infecciones como la tuberculosis y el virus de la inmunodeficiencia (VIH), accidentes de tráfico. Uno de cada tres personas menores de 35 años lleva a cabo el tipo “botellón” o “atracón” de bebida (que consiste en tomar cuatro o más consumiciónes por ocasión), que va asociado a un mayor riesgo de accidentes, sobredosis y deterioro físico y psicológico. En Europa hay 23 millones de personas dependientes del alcohol. El alcoholismo es la causa de 3,3 millones de muertes por año, lo cual supone el 5,9% de todas las muertes. El coste económico es de 155.800 millones de euros anuales. Y produce consecuencias negativas no solo al enfermo alcohólico sino también a su entorno inmediato. A pesar de todo ello, el 80% de los enfermos alcohólicos no reciben un tratamiento.Si la enfermedad del alcoholismo no se trata o se pospone el tratamiento, su evolución espontánea suele llevar a los enfermos a la muerte por graves consecuencias orgánicas, como cirrosis, cáncer u otras o por los trastornos mentales que acarrea, como la depresión y el suicidio. El deterioro cerebral puede llegar hasta la demencia alcohólica, siendo motivo de ingreso en un manicomio. Las graves alteraciones de su comportamiento (disocial) tienen consecuencias legales que pueden llevarle a prisión. Las pérdidas de las relaciones familiares, trabajo y vivienda determinan la marginación callejera de algunos de estos enfermos.Un dato impactante, es el índice de intentos de suicidio, previos al ingreso, en el colectivo de pacientes alcohólicos sin hogar, de hasta el 35% de la muestra global, que en el grupo de alcohólicos cocainómanos asciende hasta el 48 %.Asimismo destacamos que hay evidentes pruebas en contra del supuesto beneficio de bebida moderada o bajas dosis de alcohol. Ante esta situación, la formación universitaria en esta materia de cualquier profesional sanitario seria clave para poder reducir el consumo de riesgo y para evitar el desarrollo de la dependencia, así como para llevar a cabo el diagnóstico precoz de la enfermedad y enfocar la solución del conflicto a centros donde se rehabilitan en el tratamiento sobre la dependencia alcohólica.El conseguir la reducción de consumo de alcohol en personas sin problemas evidentes de Alcoholismo, a través de una información adecuada evitaría el desarrollo de la dependencia. Por otro lado, la educación sanitaria sobre el consumo de alcohol y sobre los niveles de riesgo correspondientes, debería formar parte de la práctica diaria de cualquier médico de primaria.Si todos los enfermos alcohólicos recibieran tratamiento especializado desde el principio de su enfermedad, podrían evitarse las múltiples y graves consecuencias negativas que van a sufrir a lo largo de su vida y que afectan, también, a los familiares que conviven con el enfermo. Las consecuencias del alcoholismo conllevan un elevado gasto sanitario y un enorme sufrimiento personal y familiar. Por todo ello, considero como fundamental el que se incluya la formación sobre la dependencia del alcohol en forma de asignatura durante la carrera de Medicina. De este modo se evitaría la pérdida de vidas y el drama personal que conlleva esta enfermedad tan frecuente y destructiva, asi saldríamos todos ganando, el enfermo y su familia, y por otro lado el gran gasto sanitario que conlleva el tratamiento.


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