miércoles, 16 de marzo de 2016

¡¡ ASI DE PELIGROSAS SON LAS DROGAS Y ASI LAS PERCIBES !!

Drogas percepción y realidad
Se conoce como disonancia cognitiva el conflicto entre dos ideas contradictorias que se pelean en nuestra cabezota. Por ejemplo, tal vez creamos que todos los que fuman porros son unos drogadictos depravados que más pronto que tarde serán una lacra social, mientras saboreamos satisfechos un whisky de malta de 15 años. No hace falta ser un lince para saber que el alcohol es varios órdenes de magnitud más peligrosa que el cannabis concretamente 114 veces, si nos ceñimos a la mortalidad de una y otra droga, lo que no quiere decir que el cannabis no sea una puerta de par en par abriendo camino para otras drogas entre ellas el alcohol. Pero el caso es que las autoridades sanitarias han trazado una línea roja entre lo que es legal y lo que no, y las sustancias que han quedado a aquél lado de la línea han sido estigmatizadas, hasta el punto de percibirse como mucho más peligrosas de lo que realmente son. Simultáneamente, las drogas que el Estado tolera y administra, como el alcohol y el tabaco, son percibidas como menos nocivas. Al fin y al cabo, ¿cómo iba a tratar de envenenarnos (y lucrarse en el proceso) papá Estado? El cuadro que ves abajo es una síntesis de un estudio llevado a cabo que se preguntó a personas adultas por su percepción de la peligrosidad de ocho drogas legales e ilegales. Previsiblemente, las drogas llamadas “duras” fueron tachadas como las más peligrosas, heroína y cocaína, en tanto el cannabis y el alcohol aparecieron al otro lado. En la columna derecha, en amarillo, aparece la escala de peligrosidad según la ciencia o los expertos en temas de drogadicción, basada en estadísticas sobre la mortandad y los riesgos asociados a la salud de las mismas sustancias. Ahí descubrimos (aunque ya lo sabíamos) que el alcohol es la droga más peligrosa (un 72 para la escala de 0 a 100), seguida, ahora sí, de la heroína y la cocaína, pero a bastante distancia (55 y 54, en esta escala ficticia). La disonancia entre lo que es y lo que crees que es, alcanza el culmen en los alucinógenos. Tanto el LSD como las setas son tenidos por muy riesgosos, pero lo cierto es que son mucho más seguros que, por ejemplo, ese cigarrillo que te estás echando mientras lees esto.


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