martes, 5 de abril de 2016

CINE Y ALCOHOLISMO ( PARTE 1ª )

Días sin huella (1945)
Días sin huella es la primera película que trata el tema del alcoholismo con seriedad y rigor. Dirigida por el maestro Billy Wilder en 1945, la cinta resultó ser un retrato realista y sincero sobre el tema de la bebida en el que ni se denigra excesivamente al adicto ni se le convierte en un ser despreciable: Birnam es una víctima de su adicción, una persona débil y mediocre que hace daño involuntariamente a todos aquellos que le rodean. Por primera vez el mundo del cine deja de lado su vertiente más moralizante para intentar explicar la historia de un enfermo, adentrándose en las causas y consecuencias de sus actos. Aquí no hablamos de delincuentes, de gamberros o de maleantes: la enfermedad afecta a personas normales y repercute en sus actos cotidianos.
Días de vino y rosas (1962)
Tendrían que pasar casi diecisiete años para que desde Hollywood se volviera a tratar el tema del alcoholismo desde un punto de vista serio y dándole una vertiente social. El director Blake Edwards, conocido fundamentalmente por sus comedias, manufactura una maravillosa película en la que se trata un tema nunca visto en las pantallas hasta ese momento: la tendencia latente a adquirir el hábito de beber. La pareja llega al alcohol por vías diferentes: mientras Joe lo hace como consecuencia de un hábito social mal asimilado que se le llega a escapar de las manos, su esposa Kirsten ya tenía tendencias que demostraban que sólo era necesario un empujón para caer en la adicción. Joe tendrá que vivir con su parte de culpabilidad, pero tampoco puede cargar sobre sus espaldas con toda la responsabilidad de un acto en el que también entra la voluntad del otro.
Tallo de hierro (1987)
Tallo de hierro resultó ser el primer intento serio por mostrar el mundo del alcoholismo desde la perspectiva de la pobreza y la desconexión social. Por primera vez, los protagonistas no son ciudadanos de clase media cuya adicción viene motivada por su incapacidad de afrontar las vicisitudes de la vida cotidiana: aquí nos encontramos con unos verdaderos marginados, con vagabundos cuya única razón de ser es la de encontrar unos dólares con los que hacer frente a su necesidad de beber. La película nos muestra cómo en las calles de las grandes ciudades existen esquizofrénicos, pobres, marginados y otras personas que parecen pertenecer a otro plano distinto, a otro mundo que se entremezcla con el nuestro pero que siempre está mediatizado por el alcohol.



El borracho (1987)
Basada en una obra autobiográfica del escritor Charles Bukowski (que ejerció de coguionista de la cinta), la película nos narra la caída a los infiernos de un joven escritor que no le encuentra sentido a nada. El protagonista deambula de bar en bar, no tiene territorio propio, pelea por negarse a pagar la ronda y se permite el lujo de conocer a mujeres depresivas, ya que para él el amor es únicamente una prolongación de sus propias ganas de autodestruirse. Esta película no habla de la marginación, sino de una personalidad compleja y sin rumbo que, a pesar del talento y la genialidad, se resiste a lograr el éxito.

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