domingo, 4 de diciembre de 2016

EN EL APARATO DIGESTIVO: ESTOMAGO, PÁNCREAS, HÍGADO, ESÓFAGO...

Las molestias gástricas son debidas a erosiones en las mucosas producidas por el etanol. El ardor estomacal será mayor si se han mezclado diferentes bebidas o combinados, ya que la irritación gástrica se deberá a todos los componentes bebidos.
• Aumenta la producción de ácido gástrico que genera irritación e inflamación en las paredes del estómago por lo que, a largo plazo, pueden aparecer úlceras hemorragias y perforaciones de la pared gástrica.
• El cáncer de estómago ha sido relacionado con el abuso del alcohol. También provoca cáncer de laringe, esófago, páncreas y en algunos casos de vejiga.
• Provoca esofagitis una inflamación del esófago, varices esofágicas sangrantes y desgarros de Mallory-Weiss.
• Puede producir pancreatitis aguda, una enfermedad inflamatoria severa del páncreas con peligro de muerte.
• Puede provocar pancreatitis crónica, que se caracteriza por un intenso dolor permanente.
• Otras alteraciones posibles son la diabetes tipo II y peritonitis.
• El hígado es el órgano encargado de metabolizar el alcohol, que es transformado por las enzimas del hígado primero en acetaldehído y después en acetato y otros compuestos. Este proceso es lento y no está exento de daños (el acetaldehído despolariza las proteínas oxida los lípidos consume vitaminas del grupo B y daña los tejidos).
• Al irritarse la célula hepática es posible que se produzca hepatitis alcohólica, debido a la destrucción celular e inflamación tisular. Con el tiempo, el hígado evoluciona (hígado graso o esteatosis) para adaptarse a la sobrecarga metabólica, pudiendo llegar a hepatitis y más tarde a la cirrosis hepática, producto de la muerte celular y la degeneración del órgano. Esta grave enfermedad puede degenerar finalmente en cáncer de hígado y producir la muerte.
• Otros signos de alteración hepática son la Ictericia, un tono amarillento que adquiere la piel y la esclerótica, y los edemas, acumulación de líquido en las extremidades.
• Altera la función del riñón reduciendo los niveles de la hormona diurética, provocando deshidratación y tomando agua de otros órganos como el cerebro, lo cual genera dolor de cabeza.
• El alcohol aporta abundantes calorías (7 kcal por gramo de alcohol) con ningún valor nutritivo. No nutre pero elimina el apetito, sustituye a otros alimentos más completos y a la larga puede generar desnutrición. Esto se agrava pues inhibe la absorción de algunas vitaminas y minerales.

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